viernes, 19 de abril de 2013

OFICIOS





SOMBRERERO



Sombreros y gorros que hoy representan sólo a ciertas profesiones o son usados para celebraciones concretas como un toque de distinción, fueron hasta los años sesenta una pieza básica del vestuario, sobre todo masculino. Con su caída en desuso la profesión de sombrerero quedó también prácticamente abandonada  y con ella los charoles, telas, cintas, fieltros y otros materiales. Juan Pedro "el sombrerero" fue uno de los últimos de la zona en dejar la confección de sombreros y gorros de fieltro y paja.

LAÑADOR


Eran artesanos por lo general ambulantes que se dedicaban al arreglo de cántaros, pucheros, lebrillos, orzas, tinajas, botijos y otros objetos de loza o de porcelana mediante grapas o lañas de metal. Éstas se colocaban uniendo los  trozos dañados, y posteriormente se recubrían con una pasta de cal viva y clara de huevo. Como complemento a este trabajo también se encargaban de arreglar paraguas y de atirantar los somieres de las camas cuando habían cedido.

PORQUERO Y PASTOR

El cerdo como despensa para todo el año, la cabra para la leche que se tomaba y el burro como eje de todas las tareas del campo hace tiempo que pasaron a mejor vida en la economía doméstica y con ellos las personas que se ocupaban de su cuidado: los porqueros y pastores de la vez
"Llevaba tres cosas: un palo, un látigo y una caracola de hojalata", dice uno de estos porqueros. Sonando la caracola recorría  las calles del pueblo llamando a los cerdos que salían a la puerta de la casa y se iban tras él a pastar durante todo el día al campo. Cada familia tenía uno o dos cerdos (burros o cabras) y pagaba al porquero o pastor de la vez para que llevara su animal en la piara o en el rebaño. " A mediados de los años 30 cobraba una peseta al mes por cabeza de ganado". Los primeros días llevaba a los cerdos al atardecer de vuelta a sus casas, pero al cabo de una semana cada uno de los animales sabía volver a su casa desde la entrada del pueblo, hecho que aprovechaban los niños para hacer de los animales su caballo particular.

ESPARTERO

Este oficio era una de las actividades artesanales más importante de la zona. Los esparteros abundaban en todos los pueblos dado el gran aprovechamiento del esparto en la fabricación de útiles para las labores del campo. Trabajaban la trenza de esparto, llamada pleita, para convertirla en serones, aguaderas, espuertas, capachos, cimbeles, serillas, jarpiles, barjas, ceberos, sogas o suelas de quizneja y todo ello utilizando la habilidad de sus manos y sus tijeras. (Muy conocido, Miguel Ruiz, "el espartero")

COSARIO

Esta palabra designaba a un recadero público que trabajaba  por su cuenta y que normalmente conseguía artículos que no había en el propio pueblo . Llevaba una lista con todos los encargos y los nombres de las personas. Cobraba una peseta por encargo. A la noche, los encargos estaban en el pueblo. Se solía ir desde Navas a Úbeda o a Linares, siendo las personas más conocidas, Maria La Reyes e Higinia.


DULCERA

Sin el trabajo de una dulcera, la celebración del peditorio o de la boda era hasta no hace mucho inconcebible. Eran mujeres que conocían los secretos de deliciosas recetas que conforman la gastronomía popular. Trabajaban durante uno o dos días a domicilio, en la casa de los novios, donde cocinaban los roscos de aguardiente, de sartén, mantecados, galletas y magdalenas, entre otros. (Andreíca)

ALADRERO

Se conocía con este nombre a las personas que fabricaban todo tipo de aperos de labranza como ubios, timones, arados de madera, cuatro costillas, etc... Además construían pinas para las ruedas de los carros y carros de madera, un trabajo que exigía una gran precisión y profesionalidad. Pero gracias a la parte más fácil del oficio, como echar cabos a herramientas como la azada, el hocino o el hacha, todavía no ha desaparecido totalmente.( Juan Cobo)







TALABARTERO O ALBARDONERO

Era el encargado de fabricar todos los aparejos de los burros y demás animales de carga, tales como jarmas, ropones, atarres, bozales, cabezales, así como los atalajes para los coches de mulos o caballos, y lonas para las tiendas de los pastores. (Era conocido "Andrés el talabartero")
TRAPERO
"!Niños, tiraos al suelo
rompeos la camisa con el tío trapero!

Con reclamos de este tipo los traperos recorrían las calles de los pueblos en busca de algo que comprar o vender zapatillas viejas, alpargates de cáñamo o de yute y pellejos de conejo eran algunos de los trapos que atesoraban hombres como "Gallinaza", "Pericón", "el Pepón" o Domingo "el trapero". Fue un oficio de gente bastante pobre, no muy bien considerado. Los niños se dedicaban a reunir pellejos para dárselos al trapero a cambio de golosinas, palodús, algarrobas, agujas y alfileres o barquillos de canela. Los más viejos aún recuerdan las canciones que anunciaban la visita del trapero.
"Vaya, vaya, vaya, los barquillos de canela,
pa tu tía, pa tu abuela
han venido en avión
de la China y del Japón.

Tomo los trapos meaos
cagaos y churreteaos.
¡El que lo prueba repite
y el que no le da la gripe!"

ENREDADOR, SILLERO




Antes de que las sillas de diseño se instalaran en los hogares más humildes, el oficio de enredador o sillero gozó de gran popularidad. Mucha gente conocía los secretos de la anea, la pita o el esparto, materias primas que aderezadas con una gran habilidad manual, conferían su impronta a este trabajo. Ramón Quesada, en su obra "Úbeda, :hombres y nombres", describe la forma de trabajar de estos artesanos: "al llegar los meses de calor, la anea era segada aún verde y puesta a secar, para ser anudada en haces. Una vez en la casa, en el humilde obrador, al que llegaba luego de gran trabajo a lomos de las caballerías o sobre las espaldas de los mismos artesanos que recorrían muchos kilómetros así cargados, se seleccionaba y humedecía; operación que se realizaba para obtener de ella un justo grado de flexibilidad que pudiera permitir su posterior trabajo. Luego, las habilidosas manos de estos hombres y mujeres, iban trenzando y torciendo con destreza hasta confeccionar un cómodo y mullido asiento. La pita y el esparto fueron materiales que también manejaron estos artesanos. Era conocida en Navas, Maria Juana, "la sillera".

COSTURERA

La boda era antiguamente un fenómeno que generaba a su alrededor toda una ceremonia en la que se requería el trabajo de gente ajena, como las costureras. A su cargo corría una parte fundamental de la dote de los novios. Unas semanas antes de producirse el enlace la costurera visitaba a los prometidos para tejer en sus casas la ropa interior y otras prendas. Los  sastres solían cortar la ropa y las costureras, muchas de ellas viudas, se ocupaban de coserlas. A veces llevaban su propia máquina de coser.
Esta profesión desapareció hace más de veinte años a medida que las costumbres sociales se fueron modificando y el trabajo manual fue sustituido por el industrial y por los nuevos tejidos.( Juana "La chorreras")
ARRIERO
Arropados con sus caballerías se dedicaban a acarrear todo tipo de materiales: piedras, arena, aceitunas, ramón, barda, leña, etc... En los años cuarenta la carestía de la vida y la falta de trabajo convirtió a muchos arrieros en estraperlistas  que llevaban aceite a otros pueblos y provincias y traían pan, patatas, harina, habichuelas, garbanzos, vino y otros productos básicos que después vendían. Cuando se dedicaban sólo a su trabajo les tocaba lidiar con las fuerzas de sus caballerías (los arrieros no capaban (castraban) a sus animales para que  tuvieran más arrojo) y con la noche, porque a veces trabajaban más que por el día. Y cuando no había trabajo solían  dormir con los animales al campo, lo que se llamaba "salir de careo". ("El chiriver", "Los Benido"...)


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